El expresionismo abstracto de Vega de Seoane llena de color y libertad las paredes de Ármaga

Una obra del pintor Eduardo Vega de Seoane.

Regresa el pintor madrileño Eduardo Vega de Seoane a la galería leonesa Ármaga, donde expuso por última vez hace ya siete años. Y lo hace con nuevas obras pictóricas, rebosantes de color y libertad expresiva. La inauguración-vermouth tendrá lugar el sábado 7 de abril, a partir de las 13 horas, y la exposición se podrá contemplar hasta el próximo 6 de mayo de 2018.

«He llegado a convertirme en artista a través de mi propia búsqueda personal», afirma Eduardo Vega de Seoane (Madrid, 1955), que descubrió su verdadera vocación artística en 1976, durante una estancia en Suecia, Dinamarca y Holanda. Antes se había matriculado en el ICADE, pero lo dejó en 2º año para experimentar en diversos campos —cine, fotografía, teatro…—. Sin embargo, cuando regresó a Madrid en 1977, después de haber vivido en los países nórdicos, lo tenía claro: estudiaría Bellas Artes. Así, se matriculó en la academia Arjona, donde permaneció hasta 1982, siendo becado durante dos años, para después proseguir su andadura en solitario, participando en numerosos concursos y exposiciones.

Antes de independizarse artísticamente, en el verano de 1977, también emprendió un viaje a través de Asia, recorriendo en trenes y autobuses países como Irán, Agfanistán, Pakistán e India, y aquello también le marcó de alguna manera para siempre, en su alma y en su pintura.

Desde que empezó a pintar, este artista del expresionismo abstracto ha ido desarrollando un estilo muy personal, caracterizado por el color y la libertad expresiva, y ha alcanzado un merecido reconocimiento. Así, lleva realizadas casi medio centenar de exposiciones, y ha participado en prestigiosas ferias internacionales, en ciudades como Zúrich, Chicago, Washington DC, Colonia (Alemania), Gante o Róterdam.

Sobre su pintura, Vega de Seoane advierte que «busca transmitir energía». Los títulos de sus obras se refieren «al aire, a la tierra, al viento, a la montaña, hablan de escribir, de navegar, de soñar».

Para este artista, «el pintor crea un escenario para que nos sumerjamos, soñemos, volemos. Los medios que nos da son el color, la escritura espontánea, las formas que se van creando como por arte de magia, como las nubes que se forman en el cielo». Por eso la suya es «una pintura para dejarse ir, para soñar y participar en la creación. Son escenarios abiertos que invitan a entrar en ellos dándoles nuestra propia lectura. No hay un solo significado: son obras abiertas a nuestra imaginación».

El pintor Vega de Seoane en su estudio.

Para el crítico de arte Stephen Hughes, uno de los mayores valores de la obra de Vega de Seoane es «su inmediatez, la cual confiere a sus cuadros tanto potencia como credibilidad. Como MacNeice, tiene el don de lo cotidiano y coloquial, incluso del humor bien desplegado, y sabe zambullirse en lo contemporáneo de manera que se convierta en intemporal. La espontaneidad del gesto, la cercanía de los objetos, la coherencia de la composición y la armonía cromática crean un mundo reconocible, entrañable y seductor, que a su vez encierra las sorpresas y contrastes que inevitablemente nos guarda la vida».

«La pintura de Vega de Seoane tiene el valor de la verdad. Nada falso hay en ella», apunta por su parte el crítico Rafael Dezcallar. «La plástica que ha venido desarrollando en estos años es el producto de un esfuerzo por ir cada día más allá de los límites de su lenguaje. No hay en él reiteraciones forzadas, ni caminos rutinarios, ni concesiones a los popes del gusto establecido. Hay en cambio un hálito de pensamiento, una profundización de la mirada y una depuración de sus instrumentos de pintor. Todo ello puesto al servicio de lo que nos quiere expresar, que es su mundo interior, que inevitablemente contiene también un discurso sobre el mundo exterior. El diálogo entre estos dos mundos constituye el núcleo de su pintura. Y es la honestidad y la exigencia con la que Vega de Seoane conduce ese diálogo lo que hace que su pintura esté cargada de verdad».

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